RELACIÓN

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Relación y vida espiritual

Desde el punto de vista espiritual, el matrimonio no es necesariamente algo bueno, ni el divorcio es necesariamente malo, aunque suele ser muy traumático. Si una relación ayuda al crecimiento consciente de ambas personas, tiene su valor. Si no lo hace después de un período de tiempo, o si obstruye el crecimiento interior, tal relación puede ser mejor si llega a su fin.

Sin embargo, muchas relaciones pueden tener éxito incluso si solo un compañero está en el camino espiritual. Esto requiere apertura por parte del socio que no está en el camino.



La relación es siempre un asunto individual que no puede ser juzgado por reglas generales. Debemos ayudar a nuestro cliente en lo que promueve su aspiración en la vida y no solo proyectarle estándares sociales o religiosos. Ciertamente, el matrimonio es un lazo psíquico muy poderoso que no se debe entablar descuidadamente y que no se puede terminar sin un trabajo y esfuerzo considerables. Por lo general, solo debemos terminar una relación matrimonial si se convierte en un obstáculo real para el crecimiento espiritual, especialmente si surge un patrón de infidelidad.

Si un matrimonio no tiene hijos, si es un segundo o tercer matrimonio o ha durado poco tiempo, puede ser un vínculo psíquico más débil. Debemos examinar toda su estructura y no solo colocarla en una categoría por su nombre.